Descuento exagerado, falta tonta y genialidad en el 2-2

El final de los 90 fue absolutamente inesperado. Con un fósforo que ya se había calentado, ¡El árbitro español Mateu Lahoz diez nada menos que diez minutos de descuento! No suena extraño considerando lo que pasó a lo largo de la Copa del Mundo, pero lo hace en este partido Argentina-Holanda. Porque más allá del tumulto, no había habido grandes interrupciones.

Eso sí, esos diez había que jugarlos. Y en la última jugada, cuando todo era puro aguante, llegó el innecesario empujón de Pezzella (había entrado por Cuti Romero) en la puerta del área. Con el 2-1 había que rezar para que el holandés no metiera en puerta, en su última ocasión.

Claro, pero con Van Gaal siempre puede haber una sorpresa. Y el equipo del veterano DT hizo una sorpresa: en lugar de golpear el arco directamente en el juego libre, hubo un juego preparado. Pase raso al lungo Wout Weghorst, que detuvo, encajó bien a Enzo Fernández y centró el balón para poner el 2-2. Nadie imaginó que en ese momento del partido el holandés se animaría a lanzar un tiro en la pizarra en lugar de un tiro directo a puerta. Y salió bárbaro, forzando el supletorio.

Messi fue a quejarse al árbitro español, el mismo que le había amonestado la tarde que mostró el 10 de Maradona de Newell para homenajearlo en el Barcelona. Scaloni también se enojó, pero está claro que Pezzella fue torpe y desperdició esa oportunidad en el momento menos oportuno.