Con la llegada del verano y las altas temperaturas, el aire acondicionado se convierte en un aliado indispensable en hogares y oficinas. Sin embargo, regular mal el termostato es uno de los errores más comunes y costosos: puede disparar el consumo eléctrico sin mejorar el confort. Ajustar correctamente los grados es clave para ahorrar energía y cuidar el equipo.
Ni muy bajo ni muy alto: cuál es la temperatura ideal
Especialistas en climatización y organismos de control energético coinciden en que la temperatura recomendada del aire acondicionado en verano es 23 °C. Este valor permite mantener un ambiente fresco y confortable sin exigir de más al sistema.
Poner el equipo a menos grados no enfría más rápido el ambiente. Por el contrario, obliga al compresor a trabajar de forma constante, lo que se traduce en mayor consumo y desgaste del equipo.
Cuánto influye la temperatura en el consumo eléctrico
El impacto del termostato en la factura de luz es directo. Según datos técnicos del sector eléctrico, cada grado por debajo de los 23 °C puede incrementar el consumo entre un 5% y un 7%. En períodos de uso prolongado, esa diferencia se nota claramente en la boleta.
Mantener una temperatura estable y moderada ayuda a:
- Reducir el gasto energético mensual.
- Evitar picos de consumo en horas críticas.
- Prolongar la vida útil del aire acondicionado.
Por qué no conviene usarlo a 24 o 25 grados (y cuándo sí)
Existe la creencia de que subir la temperatura hace que el ambiente se enfríe mejor o que el equipo “descanse”. En realidad, el aire acondicionado funciona a la misma potencia hasta alcanzar el valor elegido. La diferencia está en el tiempo que permanece encendido.
En hogares bien aislados, 24 o 25 °C pueden ser suficientes, sobre todo si la temperatura exterior no es extrema. Además, una diferencia moderada entre el interior y el exterior reduce el impacto en el cuerpo, evitando cambios bruscos que pueden generar molestias físicas.
Consejos simples para ahorrar electricidad con el aire
Más allá de la temperatura, hay hábitos que influyen de manera directa en el consumo de cada hogar:
- Mantener puertas y ventanas cerradas mientras el equipo está en funcionamiento.
- Usar cortinas, persianas o blackouts para reducir el ingreso de calor.
- Limpiar los filtros cada 15 o 30 días para mejorar la eficiencia.
- No bloquear las salidas de aire con muebles u objetos.
También es recomendable utilizar la velocidad del ventilador adecuada para que el aire frío se distribuya mejor en el ambiente.
Un ajuste mínimo que hace la diferencia
Elegir bien la temperatura del aire acondicionado no solo impacta en el confort diario, sino también en el gasto mensual de electricidad. 23 °C aparece como el equilibrio ideal entre frescura, eficiencia y ahorro, especialmente durante los días de calor intenso.
Adoptar este criterio y acompañarlo con buenos hábitos puede marcar una diferencia importante en el consumo energético del verano.
Preguntas frecuentes sobre el uso del aire acondicionado
¿Poner el aire más frío enfría más rápido?
No. El equipo enfría a la misma velocidad; solo cambia el tiempo que permanece encendido.
¿Conviene apagarlo y prenderlo seguido?
No es recomendable. Mantener una temperatura estable suele consumir menos que encender y apagar constantemente.
¿La función ventilador ayuda a ahorrar?
Sí. Mejora la circulación del aire frío y permite alcanzar el confort sin bajar más los grados.
¿El mantenimiento influye en el consumo?
Mucho. Filtros sucios y falta de limpieza hacen que el equipo trabaje de más y consuma más energía.
